Isaac Ortega
Domingo, 24 de noviembre de 2024
Isaac Ortega
Director Comercial de Productos Industriales de Michelin
Jueves, 14 de febrero de 2013
En 1952, hace poco más de 60 años, Michelin presentó el primer neumático radial para camión, una innovación que cambió el mundo del transporte. Entonces, el sector se enfrentaba a unas necesidades que parecían poco menos que insalvables ante las limitaciones impuestas por la propia tecnología. Contra todo pronóstico, la aparición de este nuevo neumático logró transformarlo y superar todos los obstáculos, abriendo un vasto horizonte de posibilidades. Sin embargo, nadie podía imaginar la magnitud del cambio y los retos que acarrearía este nuevo panorama.
Las nuevas prestaciones del neumático radial aplicado al transporte favorecieron un desarrollo sin precedentes del sector. Cargas, tiempos, distancias. Todo se vio potenciado. Pero estas nuevas posibilidades trajeron exigencias crecientes hasta nuestros días: hay que transportar siempre más, en tiempos cada vez más cortos, en cualquier condición climatológica y tipo de carretera, más barato, aunque los costes de funcionamiento son siempre mayores, y con regulaciones cada vez más restrictivas.
Los retos, pues, no sólo se van acumulando, sino que, además, son sobre todo contradictorios. Con estas limitaciones, y en una coyuntura de caída generalizada de la actividad motivada por la crisis económica, actualmente las flotas no encuentran otro camino que reducir gastos en un sector con márgenes ya ajustados, entre otras cosas, por el aumento del precio de los carburantes y la fuerte competencia.
Hace diez años, el combustible representaba el 16% de los costes totales de una empresa de transporte. Hoy supone el 29%. Los responsables de flotas gastan ahora en carburante en muchos casos casi al nivel de los salarios, en un momento en el cual, además, no están en posición de incrementar sus tarifas cuando la crisis ha causado el cierre de un elevado número de empresas en toda Europa. Al ser los neumáticos responsables de la tercera parte del consumo de carburante de un camión, es fácil entender por qué Michelin ha realizado fuertes inversiones en estos diez últimos años para ofrecer soluciones que permitan reducir costes y aumentar la productividad mientras se optimizan las prestaciones de seguridad de sus productos.
Fruto de ese esfuerzo, nacen en 2005 las Michelin Durable Technologies, una selección de innovaciones revolucionarias para neumáticos de camión que resuelven la necesidad de conciliar el ahorro de carburante con la seguridad y la duración de las flotas. Este conjunto de tecnologías puede, entre otras cosas, incrementar la duración de un neumático hasta un 50%, lo que significa que no necesitan reemplazarse tan a menudo. De este modo, se reduce el consumo de materias primas y energía. Además, como es más resistente, el mismo neumático puede recauchutarse varias veces. Esto también mejora su kilometraje y protege el medio ambiente.
En el mismo sentido, si hasta ahora las gamas de camión de Michelin eran las que mejor rendimiento kilométrico ofrecían, las nuevas líneas de 2013 mejoran sensiblemente los datos. Así, puede lograrse un ahorro de hasta 1 litro cada 100 km, lo que significa una menor emisión significativa de CO2 a la atmósfera.
La conclusión es obvia. Al optar por los neumáticos adecuados, los transportistas tienen la posibilidad de actuar de manera sustancial sobre la partida de carburante, que constituye en numerosos países de Europa una de sus primeras líneas de gastos.
Además, tras la entrada en vigor de la etiqueta europea del neumático, el flotista dispone de una herramienta más para ayudarle a elegir los neumáticos que le permitan ajustar sus costes totales de uso, optimizando la rentabilidad de su empresa. Más allá de la etiqueta, las prestaciones de un neumático se valoran según un mayor número de criterios, entre ellos los diferentes aspectos de la adherencia, longitudinal o en curva, en los diferentes tipos de pavimentos, así como la duración, la resistencia a los golpes y agresiones, el confort y la precisión de la conducción, el peso, la tracción, la capacidad de carga y otras muchas.
Por ello, Michelin se compromete no sólo a lograr las mejores prestaciones posibles, independientemente del entorno en el que rueden los neumáticos, sino también a garantizar el mantenimiento de estas prestaciones durante las decenas de miles de kilómetros recorridos. Se trata siempre de responder adecuadamente a las necesidades de los usuarios y a las exigencias de su oficio. Por eso, los neumáticos Michelin aportan el coste total de uso más bajo posible. Y se lo deben, además de a su capacidad para reducir el consumo de carburante, al hecho de ser “multividas” (tras las operaciones de reesculturado y recauchutado).
Así pues, es precisamente ahora, cuando la situación es más dura para el sector, cuando los neumáticos Michelin marcan definitivamente la diferencia, convirtiéndose en la revolución sobre la que fundar la nueva productividad de las flotas.
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Créditos d: Alex Guimerà & d: Marc Perez